Por: Dra. Carmen J. Rodríguez, psicóloga
La adolescencia es un periodo de transición en la que ocurren cambios físicos y emocionales. La palabra adolescencia “adolescere» en latín significa transición, crecimiento. Según Eric Erikson, Piaget y otros autores, esta etapa es un escenario de conflicto entre la codependencia de estos jóvenes, de sus padres o cuidadores y su necesidad de autonomía para enfrentar los retos que a diario se presentan.
Actualmente la organización mundial de la salud informa que el suicidio en adolescentes constituye la tercera causa de muerte a nivel mundial entre las edades de 13 a 18 años
El concepto de muerte se comienza a adquirir alrededor de los 8 años, y se va transformando una vez se inicia la adolescencia. El suicidio consumado y los intentos de suicidio no son un hecho aislado, más bien son la suma de unos comportamientos complejos. Todo comienza con la idea o intentos hasta el acto consumado cuando el joven decide terminar con su vida. El suicidio de un adolescente tiene un gran impacto emocional en su familia, comunidad escolar y vecindad. Son muchos los sentimientos de culpa, frustración y angustia que se liberan en los allegados del adolescente suicida y que para superarlo deben recibir la asistencia médica y psicológica adecuada.
Existen unos factores de riesgos que a un adolescente lo hacen más vulnerable a incurrir en una conducta suicida como pueden ser rasgos de personalidad o su entorno familiar, social o escolar.
Algunas características de la personalidad pueden ser; la intolerancia, rigidez, impulsividad y la vulnerabilidad. También un entorno de maltrato, agresiones físicas, abuso sexual y de extremas carencias afectivas y económicas pueden llevar a este adolescente a desear escapar de tanto atropello e insatisfacción mediante el suicidio.
En la adolescencia se viven experiencias de dolor, frustración con mayor intensidad por la falta de experiencias previas. Esta es la razón por la cual tanto padres como maestros deben ser fuentes de apoyo. Estos deben estar más atentos a cualquier cambio de comportamiento en ese adolescente y estar disponible para tener un dialogo abierto y sincero con él.
Signos de alarma a los cuales deben estar atentos padres y maestros
- Aislamiento y poca comunicación con amigos y familiares
- Angustia y sufrimiento relacionado al acoso y al rechazo por alguna condición
- Alteraciones en los patrones de sueño y alimentación
- Cambios en su aprovechamiento escolar, renuencia a asistir a clases
- Expresiones de minusvalía, baja autoestima, conducta hostil o agresiva
- Abandono de actividades que antes disfrutaba
- Descuido en su aseo fisco
- Expresiones con, estoy harto me quiero morir, nadie me quiere o me entiende
Factores de protección para evitar intentos o suicidios
- Establezca comunicación con el de inmediato en un lugar que le proporcione privacidad
- Hágale saber que desea ayudarlo
- Escúchelo atentamente, no lo regañe, ni lo juzgue
- Valide sus sentimientos, parafraseando lo que le está tratando de comunicar
- Busque ayuda profesional y refiéralo
La adolescencia deber ser una etapa en la que los jóvenes cuente con un espacio seguro para llegar a conciliarse y así lograr su transformación cognitiva, emocional, sexual y psicológica. Un ambiente saludable propicia la estabilidad emocional a un joven y evitara conductas de riesgo como es el comportamiento o intentos suicidas.
Estudios longitudinales demuestran que la familia juega un rol primordial en la prevención de conductas de riesgo, siento el primer agente protector y facilitador. La familia es fundamental en el desarrollo emocional de sus hijos al proporcionar las guías de comportamiento básico. Tanto en el hogar como en la escuela se educa sobre hábitos, formas de enfrentar los conflictos y manera de relacionarse con los demás. En la medida en que ambos eduquen y aporten positivamente habrán menos consumo de drogas, auto-agresión, hostilidad, depresión y conductas suicidas en los adolescentes.