Por: Belinda Lorenzo Morales
Puerto Rico esta de celebración, nuestra cultura se exalta en la Semana de la Puertorriqueñidad. Este festejo que ya es parte de nuestro legado es mucho más que la unión de tres razas: indio, español y africano. Es mucho más que vestirse de jibaro, cantar décimas y hacer carteles o manualidades.
Nuestra cultura es muy diversa y enriquecedora, por tanto como ser puertorriqueño debemos de darla a conocer al mundo entero. Disfrutamos de tradiciones, costumbres, platos típicos, variedad de música, instrumentos autóctonos y los paisajes más atractivos del Universo.
El trabajo más importante que los padres deben llevar a cabo a parte de la formación de valores es el amor por nuestra cultura. Si no enseñamos a los niños nuestro legado va a terminar. Queda en nuestras manos continuar con esta celebración.
Nuestra cultura es el amuleto y el orgullo más grande que cada puertorriqueño puede sentir. Está presente en cada corazón, en cada amanecer y en el caminar. Todos los días llevamos en los hombros nuestra cultura, la mancha de plátano, el arrastre de la “r” y el hay bendito. Podemos decir que nuestra cultura, la puertorriqueña es única e inigualable, no se puede comparar con grandes naciones. A pesar de ser una isla con tamaño diminuto, su gente, sus costumbres la hacen grande.
Cuando se viaja a otro país, la nostalgia les transporta a sus orígenes, a su patria; a Puerto Rico. Esa isla del Caribe, que aunque pequeña en comparación con otras, cuenta con unos recursos y una vida llena de encanto. No dejemos que las malas acciones de muchos, la violencia y el maltrato opaquen la belleza cultural de nuestra isla. ¡Celebremos la Puertorriqueñidad y el amor por la Cultura!